La discusión en curso entre la ingeniería química y la mecánica es acalorada. Ambos están involucrados en varios campos pero con contribuciones diferentes al panorama general de cómo se desarrolla la tecnología. Cada uno de ellos ha hecho contribuciones significativas a la ciencia y la tecnología que no se pueden ignorar ni dar por sentadas. Ambos son de naturaleza técnica. Pero, al final del día, ¿cómo les va a estos dos tipos cuando se enfrentan a problemas críticos?
Cuando se le pregunta a la gente cuál es mejor entre la ingeniería química y la mecánica, muchos dirán que depende completamente de la situación que requiere consideración. Por ejemplo, está ampliamente aceptado que la ingeniería mecánica es un aspecto mucho más importante de la vida moderna. Por ejemplo, los automóviles, aviones, edificios y puentes utilizan algún tipo de ingeniería mecánica para garantizar su funcionamiento seguro. La ingeniería química, por otro lado, se utiliza principalmente para diseñar productos, por ejemplo, productos que nos ponemos en la boca y que sirven para una variedad de propósitos. Por tanto, ¿cuál es mejor? Depende de la persona decidir la respuesta por sí misma en función de sus propias necesidades e intereses.
Para responder a la pregunta, "¿cuál es mejor entre la ingeniería química y la mecánica?" primero es necesario comprender de dónde proviene realmente la diferencia. Las diferencias entre los dos no son simplemente una cuestión de especialización o diferencia de función; tienen sus raíces en diferencias fundamentales en la forma en que la ciencia y la tecnología tratan los problemas, teorías e ideas, así como en los objetivos que se asocian comúnmente con tales teorías e ideas.
La diferencia fundamental entre la ingeniería química y mecánica se basa en los objetivos y propósitos asociados con dichos procesos. En el caso de la ingeniería química, el objetivo es la eficiencia: la capacidad de un sistema para realizar determinadas operaciones sin tener que depender de la intervención u orientación externas. Por lo tanto, los problemas pueden resolverse sin tener que pasar por el costoso proceso de prueba y error, el medio por el cual se buscan continuamente soluciones efectivas. Si bien la eficiencia es la fuerza impulsora detrás de la eficiencia de la ingeniería química, también debe entenderse que a menudo se hacen concesiones y sacrificios para lograr la eficiencia. La ingeniería química busca crear sistemas que puedan funcionar de manera segura y eficaz.
Por el contrario, el objetivo asociado con la ingeniería mecánica es la capacidad de crear movimiento mediante algún mecanismo. En este proceso, la seguridad es primordial. Los conceptos subyacentes a la ingeniería mecánica son diferentes de los asociados con la ingeniería química. Por ejemplo, mientras que la ingeniería mecánica busca crear movimiento mediante la creación de una máquina que opera sin la ayuda de humanos, la ingeniería química busca resolver problemas mediante materiales orgánicos no biodegradables.
Una de las diferencias fundamentales entre las dos disciplinas se encuentra en la forma en que se busca comprender y diseñar un sistema. En ingeniería química versus ingeniería mecánica, el resultado o la solución de un problema se considera una función de una serie de variables. Estas variables pueden incluir variables relacionadas con la temperatura, la presión y otros factores ambientales. Los conceptos de termodinámica y fricción dinámica dictan cómo el sistema interactuará con factores externos como la presión y la temperatura.
Sin embargo, la eficiencia termodinámica no puede derivarse únicamente de las temperaturas. Una relación termodinámica es una relación no trivial porque el calor en sí mismo es una forma de energía única. Así, un sistema sujeto a cambios de temperatura, por ejemplo, también debe diseñarse utilizando un marco de referencia diferente. La diferencia entre ingeniería química y mecánica en este caso es que una busca comprender cómo funciona un sistema a nivel macroscópico, mientras que la otra busca comprender cómo funciona un sistema a nivel microscópico. Comprender las diferencias entre las dos disciplinas es fundamental para garantizar el éxito en la implementación de soluciones que sean relevantes tanto para la seguridad como para la eficiencia de un sistema. Por ejemplo, si un motor está diseñado para funcionar a temperaturas ideales, es importante asegurarse de que se fabrique utilizando técnicas de mecanizado de alta temperatura.
La relación entre ingeniería química y mecánica se puede definir observando la diferencia entre diseñar un material o producto que sea capaz de resistir presiones y temperaturas y diseñar un material o producto que sea capaz de resistir tales presiones y temperaturas. La primera es la ingeniería en su forma más fundamental y la segunda es la ingeniería en su forma más avanzada. En cierto sentido, el primero abarca principios que se conocen en la base de la ingeniería, mientras que el segundo requiere la aplicación de conocimientos aprendidos a través de la experimentación y la experiencia. La ingeniería química o mecánica describe así una división que se basa en el conocimiento que ha sido verificado experimentalmente y el conocimiento que se ha aplicado a un nivel fundamental. Comprender esta diferencia fundamental puede ayudar a identificar la diferencia fundamental entre materiales y productos y, en última instancia, mejorar la metodología de diseño.